2020 fue sin duda un año especial, no solo contamos con la presencia de Rocío y Rodrigo, fundadores de Adol-Essence, sino que
María (@misuperheroesincapa) y Natalia (@villagayumbos)
vinieron para contarnos cómo es vivir entregándose y dando lo mejor de ti a los demás.
Nuestro equipazo no dejó de crecer, superando los 100 integrantes dispuestos a hacer de esta edición la más grande
y memorable
hasta la fecha.
Sin duda 2020 resultó una de nuestras mejores ediciones... por ahora.
Gran inauguración con Adol-Essence: "más que una buena idea, un proyecto necesario"
Con tan solo 19 años, el osteosarcoma de Rodrigo les llevó a él y a Rocío, a darse cuenta de que con optimismo, trabajo en equipo y compromiso sí se puede cambiar el mundo. Esta joven pareja sevillana, fundó Adol-Essence, "más que una buena idea, un proyecto necesario" que conecta a jóvenes pacientes y voluntarios para ayudarse mutuamente, fomentando el desarrollo de las capacidades de cada uno a la vez que se apoya en la enfermedad al hospitalizado.
En Volunfair, compartimos todos los valores que incentivan esta asociación, es por ello que queremos compartir y motivar un voluntariado tan cercano y servicial como el que nos ha enseñado Adol-Essence.
Porque el mar sería menos mar si le faltara esa gota.
¿Y tú qué harías si un día te despiertas y ves que influyes en la vida de más de 100.000 personas?
Para Natalia esto es su día a día. Es madre de tres niños, sus tres más fieles seguidores y los que dan nombre a su cuenta.
Natalia nos ha hecho entender el papel de una madre, que a lo mejor son ellos realmente los influencers, porque cualquier mamá será siempre la fan número
uno de sus hijos, y son ellos los que van a guiar y determinar su vida de las formas más imprevistas.
María tenía su trabajo de profesora de colegio, su marido, sus hijos, sus amigas... Y un día, de repente, la vida le regaló
a Nacho, un superhéroe que todos los días lucha por sobrevivir y que hace que cada uno a su alrededor saque lo mejor de sí mismo
y se convierta también en otro superhéroe.
Y es que su hijo tiene síndrome de Ondine, una enfermedad rara que le impide llevar una vida normal y que ha supuesto para María
descubrir que cada día es un bonito obsequio que disfrutar.